jueves, 1 de agosto de 2013



Estimado Rodrigo Tenorio Ambrossi:
Le escribo con el afecto de un profesor a un niño en su primer año de escuela, en respuesta a su editorial publicado en diario Hoy, el 30 de Julio 2013, titulado ¿ Y los ciclistas?. Espero que con el mismo interés que tiene un niño por aprender las letras, los números, historias fantásticas y demás maravillas que se aprenden al ingresar a la escuela, acepte estas pequeñas críticas que le quiero transmitir.

¿Y los ciclistas? No es una pregunta sencilla y por lo tanto su respuesta tampoco puede serlo, dado que los ciclistas no nos reproducimos como esporas y no podemos esperar que al día siguiente de inaugurada una ciclovía, esta se llene de ciclistas. Es como cuando sale a la venta un ejemplar de un periódico, imprimirlo no lo vende, debe ponerlo en un punto de venta, debe promocionarlo constantemente, contratar buenos editorialistas, buenos periodistas, redactar buenos editoriales, etc. para que el público comience a comprarlo. Ponerlo a la venta es solo una partecita de todo el inmenso trabajo me imagino debe ser producir un periódico.

Hacer la infraestructura es una pequeña parte de todo lo que hay que hacer para que eventualmente se llene de ciclistas.
Sobre los ciclistas imaginarios, yo soy de carne y hueso, me encantaría que me acepte un café para que me escuche, incluso si se anima le permitiré un abrazo para que sienta que no soy un holograma. Somos cerca de 20.000 personas, llenas de estructuras de calcio y glóbulos rojos, que utilizamos diariamente este medio de transporte para nuestros quehaceres.


Me alegra sobremanera que esté consciente que las ciclovías son una realidad inapelable, como seres humanos convencidos del poder que tiene la infraestructura ciclística para pacificar y humanizar las ciudades. No descansaremos hasta que la infraestructura esté completamente terminada y que sirva a todos los ciudadanos que se decidan por este medio.


En los constantes cuestionamientos que hace al alcalde en su editorial, no puedo hablar por él, no pienso hacerlo ni mucho menos defenderlo. Sin embargo usted está hablando de la topografía de la ciudad y entiendo que para usted, desde su escritorio, es un impedimento para montar bicicleta. Ninguna ciudad del mundo ha permitido que la topografía sea un estorbo para su desarrollo. Permítame recordarle que los vehículos han estado masificados menos de 100 años y que las ciudades tienen bastantes miles más de antigüedad.
Si usted alguna vez sale de su auto para recorrer la ciudad se debe haber dado cuenta que el hípercentro es bastante plano, al igual que gran parte del área más comercial del sur de Quito, donde es perfectamente posible utilizar la bicicleta. Las áreas más altas de la ciudad se las puede cubrir utilizando la intermodalidad, este es un tema que podríamos conversarlo y ampliarlo si me acepta el café al que cordialmente lo invito.

Nuevamente me alegro, que a pesar de su poco conocimiento en temas de movilidad usted está consciente que los autos no solamente estorban sino que también contaminan. Asimismo le invito a que tope mi bicicleta y sienta cómo el acero forjado, impecablemente alineado ha logrado una de las máquinas más perfectas jamás concebidas  -así lo demuestran los múltiples premios recibidos- y fabricadas en la historia de la humanidad. No son una ilusión, están aquí y funcionan a la perfección.


El dios-sol como usted lo describe afecta tanto a peatones como ciclistas, sabía usted que casi el 15% de todos los viajes en el D.M. de Quito se los realiza a pie. Esto sin contar los pequeños traslados parada destino final o parqueadero destino final. Ese mismo astro rey al que usted se refiere que afecta a los ciclistas, también afecta a la mayoría de ciudadanos. Estoy seguro que ha escuchado hablar del famosísimo sombrero, gorra, birrete, turbante, etc. son excelentes para protegerse de esta fuente inagotable de luz y calor. El ser humano con su ingenio ha inventado además el protector solar, los hay muy buenos y de todos los costos. 

Está comprobado que las empresas que estimulan a sus empleados a llegar en algún medio no motorizado, son más productivas; se enferman menos generando más ingresos a menor costo para sus empleadores. Sin contar todos los beneficios que tiene para la sociedad que menos gente utilice vehículos motorizados para su traslado.
La bicicleta, donde la infraestructura es la adecuada, es el medio más eficiente para viajes de hasta 8 km. Si se lo combina con transporte público es el más eficiente para casi cualquier distancia dentro de una ciudad como la nuestra. Sobre la seguridad debe usted entender que se empieza de a poco, pero le invito a ver cifras de cuánta gente se muere en auto y cuánta se muere en bicicleta al año. La mejor forma de generar seguridad es fomentando el uso masivo de la bicicleta de tal manera que sean los ciclistas los que determinan el comportamiento del tránsito y no los automóviles como sucede en la actualidad.


Quienes tenemos la suerte de no utilizar un automóvil para todos los traslados sabemos que no existe mal clima, solamente personas mal preparadas. Un ciclista urbano siempre debe llevar ropa impermeable para el momento que una lluvia aparezca en el momento más imprevisto. Y si lo tomó de improviso, sin una chompita al menos, nunca hay un mal momento para detenerse, tomar un café y admirar nuestra ciudad que incluso cuando llueve es bonita, cuando se la ve desde fuera de un carro. Aquí le invito a viajar por los países de 4 estaciones, hoy por hoy gracias al calentamiento global, generado por las ingentes cantidades de CO2 expulsadas a la atmosfera, han convertido al clima completamente impredecible en todo lado. 

Su pregunta con respecto al olor. Mi estimado, el ciclista urbano no está en una competencia, mantener una velocidad de 15 km/h a 20 km/h no requiere de mayor esfuerzo físico adicionalmente a medida que la gente más monta bici, adquiere mejor estado físico y por lo tanto transpira menos.
Usted topa un tema que va acompañado de la infraestructura, para la gente que decide que su ejercicio diario será llegar al trabajo corriendo o usando bicicleta a altas velocidades, es importante empezar una campaña de colocar duchas, casilleros y estacionamientos para bicis en los puestos de trabajo.

Sobre si se ha valorado cuántos usan, desde ya le digo, somos pocos, sin embargo el potencial es inmenso, más del 50% de todos los viajes que se realizan dentro del distrito son de distancias completamente cicleables, le invito a revisar los números de la última encuesta origen-destino que realizó el Municipio. Los medios también tienen responsabilidad en fomentar el uso de la bicicleta. También analice que mientras más automovilistas se conviertan en ciclistas urbanos más cómodas irán esas personas que se ven obligadas a utilizar el transporte público así como quienes bajo ninguna circunstancia dejarán la incomodidad de sus vehículos propios o para quienes las distancias son incompatibles con la bicicleta o el transporte público. La infraestructura ciclista se ha utilizado en las últimas décadas en centenares de ciudades en todo el mundo como una herramienta básica para pacificar el tránsito así que de violenta no tiene nada, sepa usted que los vehículos son culpables de la pandemia próxima a convertirse en la principal causa de muertes por año en todo el mundo con más de 1.2 millones de muertes anuales.

Sugerir que mayor infraestructura para el auto es lo que una ciudad, como Quito o como cualquier otra, requiere refleja su ignorancia (en temas de movilidad obviamente). Debería estudiar más sobre Road Diet, o angostar calles en español como bien usted dice. Road Diet ha logrado en Nueva York por ejemplo, así como en múltiples otras ciudades en todo el mundo, que calles y avenidas anteriormente destinadas exclusivamente para los vehículos motorizados ahora sean emblemáticas áreas para los peatones y los ciclistas, eliminando por completo el tráfico en la áreas donde se han implementado. Sobre el pico y placa no me voy a extender mucho pues estoy de acuerdo con los entendidos con quienes usted ha conversado.
Quién le ha dicho a usted que los pasos elevados y pasos a desnivel solucionan su problema de quedarse atorado en el tráfico. Si se construye cualquier infraestructura a desnivel solamente debe ser para favorecer al transporte público jamás para los automóviles privados peor aún en una ciudad donde más del 80% de la población no los utiliza para su actividades diarias. La infraestructura para el automóvil solo favorece a la demanda inducida, concepto bastante complejo para las mentalidades carro-céntricas pero que básicamente demuestra que la infraestructura para autos solamente fomenta más y mayores viajes volviéndola obsoleta en muy poco tiempo (le invito a investigar el concepto para que salga de su incómoda ignorancia, en materia de movilidad por supuesto). 

Sobre si le importa las pérdidas de dinero al Cabildo, no estoy seguro, espero que sí. Personalmente valoro mi tiempo, por eso me muevo en bici. Tampoco estoy seguro si la salud le importa, a mí mucho, nuevamente por eso me muevo en bici.
 
Finalmente, no conozco a nadie que logre mantenerse en una nube rosada; sin embargo está comprobado científicamente que nadie logrará sobrevivir en la nube gris a la que nos han sometido quienes han pensado durante las últimas décadas que los automóviles y la infraestructura que fomenta su uso nos lleve a niveles de desarrollo agradables.
Con un abrazo desde mi bicicleta.

Alvaro Guzmán
Msc. Transporte Sostenible

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