lunes, 15 de abril de 2013



El Parque Bicentenario

Con mucha alegría me despedí del Mariscal Sucre, nunca más esas estruendosas turbinas sobre nuestras cabezas y esas colas de contaminación en el aire.  Este ruido ensordecedor y millares de toneladas de CO2, serán ahora para los habitantes de Puembo.  No quiero ser egoísta pero muchachos los quiteños somos millones y los Puembeños menos de 20 mil. (Ironía, no me vaya a caer por este comentario)

No había tenido oportunidad de visitar el aeropuerto en mi bicicleta algunos meses, recientemente estuve haciendo un recorrido para celebrar la vida de un compañero ciclista, no lo conocí, pero su legado para el mundo de las dos ruedas y la cultura de esta ciudad es suficiente para entender que se trataba de un buen tipo y que valía la pena acompañar.  El recorrido fue por áreas cercanas al nuevo Parque Bicentenario.
En mi habitual medio de transporte salí temprano  acompañar a Sebastian, su familia y amigos. Al llegar al labrador, se acuerdan esos bueyes que ahora están metidos en un hueco, en la mitad de un distribuidor de tráfico y que actualmente casi no se les ve. Aquí les dejo un link para que se acuerden de lo que hablo.

http://www.all-artecuador.com/cpg132/displayimage.php?album=3&pos=129
 
Aquí me llené de cuestionamientos sobre el nuevo parque.  Como carajos van a llegar allá los peatones, los ciclistas? Yo no he escuchado ningún plan de pacificación del tránsito alrededor del parque, ustedes?  Lo que si leí en algún periódico es que al parque lo van a retacear para que el omnipotente automóvil tenga como cruzar de éste a oeste, por el parque. Pero ¿y la gente? como va a llegar.  Imagínese “vecino” (como les trata el burgomaestre a ustedes), quien viva en El INCA todos los periplos que debe hacer para llegar caminando a un parque que le queda a menos de 1 km. Tiene que salir en auto porque a pie, las probabilidades de regresar a casa en una sola pieza, son mínimas.  O el alcalde les dará permiso a sus hijos para ir a jugar al Parque si tiene que cruzar una vía de 8 carriles donde los vehículos fácilmente alcanzan velocidades sobre los 50km/h, suficiente para asesinar a muchos. Al otro lado la situación no es muy diferente, como piensan los vecinos del lado occidental de la Avenida de la Prensa cruzar para llegar sin dificultades. 

Hace algunos meses entraron en contacto conmigo para realizar “algo” para conmemorar la muerte de Pablo Lazarini.  En aquella ocasión con algunos profesionales de gran nivel (Max Zabala, Juan Diego Donoso) propusimos esto.  (Ver imagen)  Un rediseño de la intersección donde asesinaron a Pablo, con todas las medidas necesarias para pacificar el tránsito en el sector,  que minimice una nueva muerte injustificada, consideramos que era el mejor legado que se le podía hacer.  Posiblemente esta propuesta está en el cajón de algún funcionario municipal.

Al igual que con Lazarini el mejor legado que podemos exigir para Sebastian es una pacificación del tránsito en todo el contorno del parque Bicentenario y que esta pacificación se contagie en toda la ciudad.  La pacificación del tránsito no se la hace con una mala campaña publicitaría exige fuerte trabaja en rediseño urbano. Supe (sin tener nada oficial) que el día de la inauguración se hará un pequeño homenaje a Salomé Reyes.  Nuevamente el mejor homenaje que se puede dar a la Salo es generar paz en el tránsito que garantice que nunca más un ciclista o un peatón muera asesinado por mal diseño urbano.