viernes, 28 de febrero de 2014



Apes y non-Apes están como locos analizando las causas de la derrota, perdida de espacio, victoria con ligero retroceso, como quieran llamar lo sucedido el domingo 23. Los unos hablan de no haber sabido transmitir las grandes obras que se están realizando, no haberse dado cuenta de la sucia estrategia del contrincante, los otros de la prepotencia del presidente, la falta de liderazgo local, etc.  Yo quiero traer a colación 4 puntos que pueden servir incluso para comenzar a pensar en una mejor ciudad.

Publicidad.- En una ciudad la publicidad no sirve para nada, me explico. A nivel urbano el ciudadano está expuesto a millones de estímulos diarios, la capacidad cognitiva del humano es infinita sin embargo somos seres inteligentes y como tales solo vamos a retener lo que es realmente importante para nosotros y créanme cuando les digo una valla que dice que se van a demorar 34 minutos de ir de A a B no es trascendental en el día a día del común mortal.

Primera lección.- Una ordenanza que limite (elimine) la publicidad urbana, solo contamina y nadie le para bola.

Participación.-  Inexistente. Bueno para ser justo si existió algo pero para proyectos pequeños de limitados recursos. Para las cosas grandes se limitaron a INFORMAR. Los procesos de socialización de las grandes “obras” se limitaron a grandes convenciones públicas en las que se transmitía las decisiones que  habían tomado los iluminados dioses del olimpo en beneficio de todos nosotros. MUCHAS GRACIAS, TAN GENTIL DE SU PARTE! Se olvidan que el Quiteño es de raíces americanas, el nativo americano hace minga, le gusta ser parte del cambio, le gusta ser parte de la toma de decisiones que benefician a su comunidad.  Tenemos siglos haciéndolo y las teorías modernas de participación ratifican que la plena participación se da cuanto el ciudadano tiene el control de la toma de decisiones, ver la escalera de Arntsein.

Segunda lección. Si su planificación no contemplan la participación como quintaescencia de la toma de decisiones, manden a Venezuela sus planes parece que ahí les está haciendo falta ese tipo de papel.

Lejanía del PNBV.- Suscribo el PNBV, estoy convencido que sin una hoja de ruta no se avanza a ningún lado.  Sin embargo las dinámicas urbanas y las dinámicas nacionales son completamente diferentes. Si bien ya se contempla a las ciudades como un eje adicional en la última versión del PNBV, durante el primer round de esta Revolución, no fueron tomadas en cuenta. Por lo tanto hablar del proyecto a nivel local no era pertinente. Mal o bien las necesidades de nuestra ciudad ya están resueltas, el alcantarillado y el agua potable ha sido prioridad no de esta alcaldía sino de muchas anteriores, la EPMAPQ es reconocida a nivel regional por su trabajo.  Si Quito no fuera una ciudad exitosa simplemente no existiera migración a nuestra linda ciudad, se fueran a otro lado.

Tercera Lección.- La ciudad no es el país.

Megaproyectos.- Eso estuvo bien durante los 60s y 70s  ahí impresionaban los metros, los aeropuertos, las súper carreteras. Ya no.  Quien viaja al exterior? Quien usa el aeropuerto? 5%? No me malentiendan, algunas estoy de acuerdo que hay que hacerlas, pero no pueden tornarse en la prioridad! Las ciudades ahora piden cosas más sencillas, carriles exclusivos para su bus, techo en la parada del bus, poste que ilumine en esa última caminata de la parada a la casa.  Centros de diversión nocturna seguros, canchas cercanas, plazas limpias. Bicis, muchas bicis. Son muy pocas las voces que no están de acuerdo en que la BiciQ es una excelente iniciativa. Muchas de estas cosas se hicieron, pero se dedicaron hacer fuerza a obras que sirven a pocos o que no existen todavía.

Cuarta Lección.-   Satisfacer las micro-necesidades generan calidad de vida.

Hay otras, pero aquí mi grano de arena al complejo análisis.

lunes, 19 de agosto de 2013

Su Majestad la Bicicleta



Respuesta al Artículo Publicado en HOY 19/08/2013

 http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/su-majestad-la-bicicleta-588701.html


Estimado Sr. Pozo,

Durante mucho tiempo se pensó que darle más espacio al automóvil era la forma de generar fluidez en el tráfico y de llegar a nuestros destinos, así lo enseñaron durante décadas en las mejores facultades de ingeniería vial de todo el mundo.  De esta teoría nacieron los anillos viales, grandes avenidas, pasos a desnivel, distribuidores de tráfico, semáforos inteligentes y otras maravillas que ahora le tienen a las grandes ciudades de todo el mundo en un atasco constante. Prueba de eso es que el 99% de la población (Incluidos Alcaldes, Presidente, Concejales, "expertos", etc) reclama que no hay vías al aeropuerto y menos del 1% debate por un buen sistema de transporte al aeropuerto! Mas vías genera un fenómeno estudiado y comprobado que se llama demanda inducida.  Facilitar el uso del vehículo privado genera que más gente se anime a utilizar el vehículo ya que al volverse más rápido que otros medios los costos de utilizarlo se reducen, es por esto que mas infraestructura para autos mejora la fluidez durante un tiempo pero a la larga se llenan de vehículos. Analice usted la ampliación de cualquier vía en nuestra ciudad o país.

Luego llegaron los promotores de transporte público, son quienes defienden que proveer de un buen sistema en espacios segregados, utilizando vías actualmente dedicadas a los vehículos privados, eficientes, rápidos, es la mejor manera de eliminar los fastidiosos embotellamientos que toda ciudad "moderna", sin embargo las ciudades con los mejores sistemas de transporte público tampoco han podido disminuir los niveles de congestión galopante.  (Ver Londres, Nueva York, Paris) Además los sistemas de transporte público incluso los modernos Metros como el que van a construir aquí tienen una capacidad finita de transportar pasajeros.

Algunos de sus colegas vinieron con la brillante opción de cobrar por congestionar, y es así que se paga en algunas ciudades para acceder a las áreas más congestionadas (Singapur, Londres, Milán entre otras). El dinero generado por estos esquemas es reinvertido en su totalidad en mejoras al transporte público.  De esta manera se justifica el pago mediante la inversión en una opción real para las personas que ya no quieren pagar por utilizar el auto.  Sin embargo últimos análisis principalmente en Londres donde se implemento el esquema en 2003,el caso más exitoso y analizado, demuestran que hoy, 2013, 10 años más tarde se está volviendo a los niveles de congestión del 2003.  El sistema requiere de aplicar medidas paralelas para que sea un éxito sostenible.

Existe 2 elementos de movilidad en nuestras ciudades que ya fueron utilizados durante muchos años, siglos en el caso particular de uno de estos,  a los cuales se está volviendo a poner la vista, por tener un poder gigantesco para descongestionar tanto las vías como el transporte público. Estos elementos son baratos, no contaminan, no hacen ruido, y producen muy pocos accidentes, por si no sabe de qué estoy hablando me refiero a caminar y montar bicicleta. Estoy seguro que para usted desde su cómoda y hermosa urbanización cerrada, en Cumbayá, le será pesado llegar a su puesto de trabajo en Quito utilizando cualquier de estos 2 medios. Le comento, la mayoría de viajes en Quito según el último estudio que se hizo para el metro son perfectamente caminables o pedaleables.  Si una parte de estos se los hiciera a pie o en bicicleta imagínese la cantidad de espacio que quedaría libre para que usted no pase molesto refunfuñando en su, si no estoy equivocado, 4x4.

Para que la gente se anime a dejar el auto a cambio de la bicicleta o empiece a caminar hay que generar infraestructura, esto es carriles segregados completamente seguro para los ciclistas, además de mejorar las veredas y las intersecciones para los peatones. Puede ser molestoso al principio hasta que la gente se tome confianza y vuelva a utilizar la calle.  Sepa usted que mientras más gente camina en una ciudad con infraestructura bien hecha para el peatón,  ésta se vuelve más segura, la famosa urbanista Jane Jacobs se refiere a esto como un fenómeno denominado ojos en la ciudad. Mientras más ojos tengamos viendo lo que sucede más segura se vuelve la urbe. Esto sin duda le animará a usted a que alguna de sus reuniones dentro de Quito las haga caminando.

Definitivamente construir más capacidad para vehículos privados, solo agudiza la situación actual. Mientras que reducir esa capacidad para entregarla a otros medios más eficientes si genera una oportunidad. Cuando se habla de devolverle a la gente el espacio público en otras partes se refiere, entre otras acciones,  a restar espacio al auto privado para entregarlo a otros medios.  Sepa usted que una vía de 3.5 metros mueve apenas 2.000 vehículos por hora (eso es 2600 personas con las tasas locales actuales) mientras que 9.000 personas en transporte público convencional, 14.000 ciclistas, 17.000 en sistema BRT (Trole, Ecovía)  y 19.000 peatones. Una ciudad como la nuestra requiere un buen sistema de transporte público que junte los barrios más alejados y altos con los centros de servicios, necesitamos generar áreas densas con servicios mixtos que permitan que los viajes caminables y en bicicleta sean la preferencia. Esto requiere poner límites a la expansión urbana, generar nuevos barrios por ahora no soluciona nada, creo que el plan bicentenario es una gran oportunidad para los proveedores inmobiliarios no para la ciudad, debemos fomentar que se consolide la ciudad ya construida, generar vivienda económica en áreas con altas fuentes de trabajo. Promover nuevamente escuelas y colegios urbanos, no obligarlos a buscar terrenos vacios alejados, la posición geográfica de los colegios es una de los principales motivos para que las clases altas, principales causantes de la congestión, cambie su vivienda.

Es equivocado pensar que restar espacio a los autos es restar capacidad, entregar espacio para cualquier otro medio es generar mayor capacidad a nuestras vías. Su majestad la bicicleta tiene la capacidad de humanizar las ciudades en todo el mundo para que el Reinado del Peatón vuelva tomar el control del Mundo. 

Saludos Cordiales,


Alvaro Guzman

jueves, 1 de agosto de 2013



Estimado Rodrigo Tenorio Ambrossi:
Le escribo con el afecto de un profesor a un niño en su primer año de escuela, en respuesta a su editorial publicado en diario Hoy, el 30 de Julio 2013, titulado ¿ Y los ciclistas?. Espero que con el mismo interés que tiene un niño por aprender las letras, los números, historias fantásticas y demás maravillas que se aprenden al ingresar a la escuela, acepte estas pequeñas críticas que le quiero transmitir.

¿Y los ciclistas? No es una pregunta sencilla y por lo tanto su respuesta tampoco puede serlo, dado que los ciclistas no nos reproducimos como esporas y no podemos esperar que al día siguiente de inaugurada una ciclovía, esta se llene de ciclistas. Es como cuando sale a la venta un ejemplar de un periódico, imprimirlo no lo vende, debe ponerlo en un punto de venta, debe promocionarlo constantemente, contratar buenos editorialistas, buenos periodistas, redactar buenos editoriales, etc. para que el público comience a comprarlo. Ponerlo a la venta es solo una partecita de todo el inmenso trabajo me imagino debe ser producir un periódico.

Hacer la infraestructura es una pequeña parte de todo lo que hay que hacer para que eventualmente se llene de ciclistas.
Sobre los ciclistas imaginarios, yo soy de carne y hueso, me encantaría que me acepte un café para que me escuche, incluso si se anima le permitiré un abrazo para que sienta que no soy un holograma. Somos cerca de 20.000 personas, llenas de estructuras de calcio y glóbulos rojos, que utilizamos diariamente este medio de transporte para nuestros quehaceres.


Me alegra sobremanera que esté consciente que las ciclovías son una realidad inapelable, como seres humanos convencidos del poder que tiene la infraestructura ciclística para pacificar y humanizar las ciudades. No descansaremos hasta que la infraestructura esté completamente terminada y que sirva a todos los ciudadanos que se decidan por este medio.


En los constantes cuestionamientos que hace al alcalde en su editorial, no puedo hablar por él, no pienso hacerlo ni mucho menos defenderlo. Sin embargo usted está hablando de la topografía de la ciudad y entiendo que para usted, desde su escritorio, es un impedimento para montar bicicleta. Ninguna ciudad del mundo ha permitido que la topografía sea un estorbo para su desarrollo. Permítame recordarle que los vehículos han estado masificados menos de 100 años y que las ciudades tienen bastantes miles más de antigüedad.
Si usted alguna vez sale de su auto para recorrer la ciudad se debe haber dado cuenta que el hípercentro es bastante plano, al igual que gran parte del área más comercial del sur de Quito, donde es perfectamente posible utilizar la bicicleta. Las áreas más altas de la ciudad se las puede cubrir utilizando la intermodalidad, este es un tema que podríamos conversarlo y ampliarlo si me acepta el café al que cordialmente lo invito.

Nuevamente me alegro, que a pesar de su poco conocimiento en temas de movilidad usted está consciente que los autos no solamente estorban sino que también contaminan. Asimismo le invito a que tope mi bicicleta y sienta cómo el acero forjado, impecablemente alineado ha logrado una de las máquinas más perfectas jamás concebidas  -así lo demuestran los múltiples premios recibidos- y fabricadas en la historia de la humanidad. No son una ilusión, están aquí y funcionan a la perfección.


El dios-sol como usted lo describe afecta tanto a peatones como ciclistas, sabía usted que casi el 15% de todos los viajes en el D.M. de Quito se los realiza a pie. Esto sin contar los pequeños traslados parada destino final o parqueadero destino final. Ese mismo astro rey al que usted se refiere que afecta a los ciclistas, también afecta a la mayoría de ciudadanos. Estoy seguro que ha escuchado hablar del famosísimo sombrero, gorra, birrete, turbante, etc. son excelentes para protegerse de esta fuente inagotable de luz y calor. El ser humano con su ingenio ha inventado además el protector solar, los hay muy buenos y de todos los costos. 

Está comprobado que las empresas que estimulan a sus empleados a llegar en algún medio no motorizado, son más productivas; se enferman menos generando más ingresos a menor costo para sus empleadores. Sin contar todos los beneficios que tiene para la sociedad que menos gente utilice vehículos motorizados para su traslado.
La bicicleta, donde la infraestructura es la adecuada, es el medio más eficiente para viajes de hasta 8 km. Si se lo combina con transporte público es el más eficiente para casi cualquier distancia dentro de una ciudad como la nuestra. Sobre la seguridad debe usted entender que se empieza de a poco, pero le invito a ver cifras de cuánta gente se muere en auto y cuánta se muere en bicicleta al año. La mejor forma de generar seguridad es fomentando el uso masivo de la bicicleta de tal manera que sean los ciclistas los que determinan el comportamiento del tránsito y no los automóviles como sucede en la actualidad.


Quienes tenemos la suerte de no utilizar un automóvil para todos los traslados sabemos que no existe mal clima, solamente personas mal preparadas. Un ciclista urbano siempre debe llevar ropa impermeable para el momento que una lluvia aparezca en el momento más imprevisto. Y si lo tomó de improviso, sin una chompita al menos, nunca hay un mal momento para detenerse, tomar un café y admirar nuestra ciudad que incluso cuando llueve es bonita, cuando se la ve desde fuera de un carro. Aquí le invito a viajar por los países de 4 estaciones, hoy por hoy gracias al calentamiento global, generado por las ingentes cantidades de CO2 expulsadas a la atmosfera, han convertido al clima completamente impredecible en todo lado. 

Su pregunta con respecto al olor. Mi estimado, el ciclista urbano no está en una competencia, mantener una velocidad de 15 km/h a 20 km/h no requiere de mayor esfuerzo físico adicionalmente a medida que la gente más monta bici, adquiere mejor estado físico y por lo tanto transpira menos.
Usted topa un tema que va acompañado de la infraestructura, para la gente que decide que su ejercicio diario será llegar al trabajo corriendo o usando bicicleta a altas velocidades, es importante empezar una campaña de colocar duchas, casilleros y estacionamientos para bicis en los puestos de trabajo.

Sobre si se ha valorado cuántos usan, desde ya le digo, somos pocos, sin embargo el potencial es inmenso, más del 50% de todos los viajes que se realizan dentro del distrito son de distancias completamente cicleables, le invito a revisar los números de la última encuesta origen-destino que realizó el Municipio. Los medios también tienen responsabilidad en fomentar el uso de la bicicleta. También analice que mientras más automovilistas se conviertan en ciclistas urbanos más cómodas irán esas personas que se ven obligadas a utilizar el transporte público así como quienes bajo ninguna circunstancia dejarán la incomodidad de sus vehículos propios o para quienes las distancias son incompatibles con la bicicleta o el transporte público. La infraestructura ciclista se ha utilizado en las últimas décadas en centenares de ciudades en todo el mundo como una herramienta básica para pacificar el tránsito así que de violenta no tiene nada, sepa usted que los vehículos son culpables de la pandemia próxima a convertirse en la principal causa de muertes por año en todo el mundo con más de 1.2 millones de muertes anuales.

Sugerir que mayor infraestructura para el auto es lo que una ciudad, como Quito o como cualquier otra, requiere refleja su ignorancia (en temas de movilidad obviamente). Debería estudiar más sobre Road Diet, o angostar calles en español como bien usted dice. Road Diet ha logrado en Nueva York por ejemplo, así como en múltiples otras ciudades en todo el mundo, que calles y avenidas anteriormente destinadas exclusivamente para los vehículos motorizados ahora sean emblemáticas áreas para los peatones y los ciclistas, eliminando por completo el tráfico en la áreas donde se han implementado. Sobre el pico y placa no me voy a extender mucho pues estoy de acuerdo con los entendidos con quienes usted ha conversado.
Quién le ha dicho a usted que los pasos elevados y pasos a desnivel solucionan su problema de quedarse atorado en el tráfico. Si se construye cualquier infraestructura a desnivel solamente debe ser para favorecer al transporte público jamás para los automóviles privados peor aún en una ciudad donde más del 80% de la población no los utiliza para su actividades diarias. La infraestructura para el automóvil solo favorece a la demanda inducida, concepto bastante complejo para las mentalidades carro-céntricas pero que básicamente demuestra que la infraestructura para autos solamente fomenta más y mayores viajes volviéndola obsoleta en muy poco tiempo (le invito a investigar el concepto para que salga de su incómoda ignorancia, en materia de movilidad por supuesto). 

Sobre si le importa las pérdidas de dinero al Cabildo, no estoy seguro, espero que sí. Personalmente valoro mi tiempo, por eso me muevo en bici. Tampoco estoy seguro si la salud le importa, a mí mucho, nuevamente por eso me muevo en bici.
 
Finalmente, no conozco a nadie que logre mantenerse en una nube rosada; sin embargo está comprobado científicamente que nadie logrará sobrevivir en la nube gris a la que nos han sometido quienes han pensado durante las últimas décadas que los automóviles y la infraestructura que fomenta su uso nos lleve a niveles de desarrollo agradables.
Con un abrazo desde mi bicicleta.

Alvaro Guzmán
Msc. Transporte Sostenible

lunes, 15 de abril de 2013



El Parque Bicentenario

Con mucha alegría me despedí del Mariscal Sucre, nunca más esas estruendosas turbinas sobre nuestras cabezas y esas colas de contaminación en el aire.  Este ruido ensordecedor y millares de toneladas de CO2, serán ahora para los habitantes de Puembo.  No quiero ser egoísta pero muchachos los quiteños somos millones y los Puembeños menos de 20 mil. (Ironía, no me vaya a caer por este comentario)

No había tenido oportunidad de visitar el aeropuerto en mi bicicleta algunos meses, recientemente estuve haciendo un recorrido para celebrar la vida de un compañero ciclista, no lo conocí, pero su legado para el mundo de las dos ruedas y la cultura de esta ciudad es suficiente para entender que se trataba de un buen tipo y que valía la pena acompañar.  El recorrido fue por áreas cercanas al nuevo Parque Bicentenario.
En mi habitual medio de transporte salí temprano  acompañar a Sebastian, su familia y amigos. Al llegar al labrador, se acuerdan esos bueyes que ahora están metidos en un hueco, en la mitad de un distribuidor de tráfico y que actualmente casi no se les ve. Aquí les dejo un link para que se acuerden de lo que hablo.

http://www.all-artecuador.com/cpg132/displayimage.php?album=3&pos=129
 
Aquí me llené de cuestionamientos sobre el nuevo parque.  Como carajos van a llegar allá los peatones, los ciclistas? Yo no he escuchado ningún plan de pacificación del tránsito alrededor del parque, ustedes?  Lo que si leí en algún periódico es que al parque lo van a retacear para que el omnipotente automóvil tenga como cruzar de éste a oeste, por el parque. Pero ¿y la gente? como va a llegar.  Imagínese “vecino” (como les trata el burgomaestre a ustedes), quien viva en El INCA todos los periplos que debe hacer para llegar caminando a un parque que le queda a menos de 1 km. Tiene que salir en auto porque a pie, las probabilidades de regresar a casa en una sola pieza, son mínimas.  O el alcalde les dará permiso a sus hijos para ir a jugar al Parque si tiene que cruzar una vía de 8 carriles donde los vehículos fácilmente alcanzan velocidades sobre los 50km/h, suficiente para asesinar a muchos. Al otro lado la situación no es muy diferente, como piensan los vecinos del lado occidental de la Avenida de la Prensa cruzar para llegar sin dificultades. 

Hace algunos meses entraron en contacto conmigo para realizar “algo” para conmemorar la muerte de Pablo Lazarini.  En aquella ocasión con algunos profesionales de gran nivel (Max Zabala, Juan Diego Donoso) propusimos esto.  (Ver imagen)  Un rediseño de la intersección donde asesinaron a Pablo, con todas las medidas necesarias para pacificar el tránsito en el sector,  que minimice una nueva muerte injustificada, consideramos que era el mejor legado que se le podía hacer.  Posiblemente esta propuesta está en el cajón de algún funcionario municipal.

Al igual que con Lazarini el mejor legado que podemos exigir para Sebastian es una pacificación del tránsito en todo el contorno del parque Bicentenario y que esta pacificación se contagie en toda la ciudad.  La pacificación del tránsito no se la hace con una mala campaña publicitaría exige fuerte trabaja en rediseño urbano. Supe (sin tener nada oficial) que el día de la inauguración se hará un pequeño homenaje a Salomé Reyes.  Nuevamente el mejor homenaje que se puede dar a la Salo es generar paz en el tránsito que garantice que nunca más un ciclista o un peatón muera asesinado por mal diseño urbano.